Lo que no se vio del debate: el pedido para bajar un cambio, el cruce por Margaret Thatcher y los cantitos del final

por Facundo Chaves

Fue una noche histórica en varios sentidos. El Salón de Actos de la Facultad de Derecho de la UBA no sólo albergó a los dos candidatos a presidente, Sergio Massa y Javier Milei, que se enfrentaron en el debate final de cara al balotaje del próximo domingo, sino que también fue escenario de estrategias y cálculos políticos, emociones arriba y abajo del escenario y un conjunto de definiciones que prometen proyectarse a la semana final de la campaña.

El primer bloque del tercer debate organizado por la Cámara Nacional Electoral empezó tranquilo y con una ansiedad contenida, pero a los pocos minutos tomó una velocidad y un vértigo que se extendió por los tópicos que abordaron el candidato de Unión por la Patria y el de La Libertad Avanza. Fue el momento de mayor tensión, donde se dieron los cruces más virulentos y donde ambos dirigentes arriesgaron más. Un golpe por golpe, donde tanto Massa como Milei dieron y también recibieron.

Siguiendo la metáfora boxística, en las tarjetas de los jueces Massa ganó el primer round por puntos por tres aspectos claves: le impuso el ritmo a Milei, lo arrinconó con sus preguntas “por sí o por no” y, lo más importante, evitó que en el tema más peligroso saliera indemne. Es que en Economía no se profundizó sobre la inflación, apenas se mencionó la disparada del dólar, y ni se tocó la pobreza. De todos modos, a Massa le entraron los golpes que más daño le hicieron y que se multiplicaron durante toda la noche: “dejá de mentir” y “mentiroso” fueron latiguillos constantes de Milei que buscaron perforar una estrategia que hizo de la ofensiva su mejor defensa.

Massa habló delante del atril. Fue el único. Milei prefirió quedarse en su sitio

El primer bloque, que tuvo además de Economía, Relaciones con el mundo, y Educación y Salud, fue el más virulento. Al terminar, se los pudo ver tanto a Karina Milei y Victoria Villarruel, como a Malena Galmarini y Juan Manuel Olmos, que estaban en las gradas a cada lado del Salón de Actos, salir rápido hacia atrás del escenario, donde fueron a ajustar la estrategia. El segundo bloque ya no fue igual que el primero: tuvo momentos de tensión, pero los dos candidatos bajaron un cambio, decidieron arriesgar menos y eso quedó en evidencia tanto en la transmisión oficial como en el mismo auditorio.

“Sí, había que bajar un cambio, estaba arriesgando mucho”, reconocieron a Infobae en uno de los equipos de campaña la estrategia del segundo bloque, donde también hubo cruces picantes. “Los primeros roces fueron porque los dos se buscaron. En el segundo bloque, los dos trataron de ser más estratégicos y arriesgar menos”, prosiguió la misma fuente. Massa y Milei tuvieron en el público el termómetro de lo que estaba pasando y un signo de cómo podía estar viéndose el debate en los hogares. Para tomar dimensión de lo que se estaban jugando ambos: sólo en televisión, el rating llegó a tocar picos de 48 puntos.

Si bien hubo varios momentos donde las murmuraciones del público llegaron al escenario, el de mayor intensidad fue el que se generó cuando Milei lanzó la acusación más dura contra Massa de integrar un gobierno “corrupto” y “ladrón”. Rápido, el ministro lo cruzó: “¿Tenés pruebas? Si no, retractate”. “Es vos o yo, no vine a discutir a Macri ni a Cristina, ni al pasado, es vos o yo”, remarcó el ministro de Economía. Ese cruce escaló al punto que Massa habló de la necesidad de elegir a alguien el domingo próximo con “equilibrio mental” para ser Presidente.

“¿Y vos lo tenés?”, ironizó Milei, a lo que Massa respondió: “Hagamos el psicotécnico los dos, vos te negaste”. En ese momento reveló que el dirigente libertario había trabajado en el Banco Central, a lo que le atribuyó sus ganas de “destruir” esa entidad. Milei admitió que trabajó como “pasante”, y el líder del Frente Renovador le reclamó que diga “por qué se fue”. “¿Por qué no te la renovaron? Contale a la gente, entiendo que estés enojado con el Banco Central porque en algún momento te sentiste rechazado”, le dijo. Allí, las murmuraciones del público se hicieron escuchar en el Salón de Actos.

Es que a diferencia de los otros debates -el de Santiago del Estero y el anterior en la misma Facultad de Derecho- esta vez el público tuvo un comportamiento más activo. Hubo reacciones de sorpresas, risas y un final que expuso en toda su dimensión que se trató de un verdadero mano a mano no sólo entre dos candidatos, sino entre dos grupos antagónicos. “Tiene miedo, la casta tiene miedo”, fue el cántico de la mitad del público que apoyaba a Milei. “Presidente, Massa Presidente”, fue el cantito del peronismo. Como se ve en el video, los libertarios mostraron más efusividad que Unión por la Patria.

Hay una razón objetiva para la algarabía libertaria. Del lado de Massa había sobre todo dirigentes de primera línea del oficialismo nacional y representantes de las provincias. Gobernadores, ministros, diputados, senadores, dirigentes de diversos sectores -desde el teniente general (r) Martín Balza, al empresario José Urtubey- estuvieron del lado de Unión por la Patria. Del otro, de los libertarios, había un fervor mayor que se explica porque la mayoría son dirigentes nóveles o legisladores recién electos que se asoman por primera vez al mundo de la política. En ellos todo es nuevo.

Algunos datos de color: Axel Kicillof fue el gobernador de la decena que asistió a la Facultad de Derecho que recogió mayor afecto de todos sus pares. Estaban el rioja Ricardo Quintela -quizá el segundo mejor tratado- el puntano Alberto Rodríguez Saá, la santacruceña Alicia Kirchner, el sanjuanino Sergio Uñac, el catamarqueño Raúl Jalil, el misionero Oscar Herrera Ahuad, el rionegrino Alberto Weretilneck, entre otros. Con un suéter oscuro y de anteojos, a Kicillof se lo vio sonriente y saludando a todos.

Del mismo mundo, llamó la atención la convocatoria que tuvo Carlos Maslatón, que figuró entre los invitados sorpresa de la lista que presentó Sergio Massa. Fue el dirigente por lejos que más tiempo estuvo en cámara y que también compitió como uno de los más celebrados en el sector destinado a la coalición oficialista.

Cruzando la vereda, la marca se la llevó el nominado ministro del Interior en caso de que gane Milei la presidencia, Guillermo Francos. Al cada vez más influyente asesor en el entorno libertario todos fueron a preguntarle por la polémica en torno a las boletas. Es que la jueza María Servini confirmó que de las 350 boletas presidenciales que debía enviarse a cada mesa de votación, sólo se recibieron apenas 100. “No mandan más porque sino se las roban. No queremos que nos hagan trampa. Así de simple”, le dijo a Infobae uno de los dirigentes que sigue más de cerca el operativo fiscalización. También apareció el tema de la ausencia del PRO o de representantes de Juntos por el Cambio que expresaron un apoyo sin condiciones. La explicación que dieron entre los libertarios es que ya estaba decidido de antes que sólo estarían presentes los integrantes de La Libertad Avanza, para preservar la centralidad de Milei.

Milei defendió sus dichos en torno a Margaret Thatcher y terminó haciendo una comparación que impropia

De Thatcher a Cryuff

Lo que pasó en la Facultad de Derecho con el tema Margaret Thatcher derivó en varios “incidentes”, que provocaron la reacción no sólo de los protagonistas que estaban en el escenario, sino también del público, que se sorprendió por las derivaciones que tuvo un tema fuera de la agenda más urgente que tiene el país. Primero porque Massa y Milei se pelearon por la caracterización que cada uno hace de la premier británica que derrotó a la Argentina en Malvinas. Cuando empezó ese cruce, se la vio a Victoria Villarruel -candidata a vicepresidenta e hija de un héroe de Malvinas- hablar con Karina Milei.

El candidato de Unión por la Patria cuestionó al candidato libertario por los elogios que vertió a la primera ministra y le recordó que era “enemiga de la Argentina”. Milei se defendió con un ejemplo que terminó siendo una boutade. Dijo que no reconocerle mérito a la “dama hierro” sería como criticar a Johan Cruyff. El tema es que el libertario confundió al eximio futbolista de los Países Bajos como integrante de la Selección de Alemania.

“Thatcher es una enemiga de la Argentina. Ayer, hoy y siempre. Y nuestros héroes son absolutamente innegociables por más que para vos sea una figura Thatcher, que para mí no lo es. Defiendo la soberanía de Malvinas y creo además que sería importante que digas si los kelpers tienen derecho a la autodeterminación o no, porque dijiste que la tenían”, afirmó Massa. Y eso, Milei le contestó: “Te voy a contar algo para que se entienda la falacia en la que estás cayendo, Sergio. Con ese criterio, como cuando Alemania en el 74 le hizo cuatro goles a la Argentina, Cruyff la rompió e hizo un desastre, vos tendrías que considerar que Cruyff es un pésimo jugador. O con los goles que nos hizo Mbappé en la final (Mundial de Qatar 2022) tendrías que despreciarlo porque nos hizo los goles. Una cosa no tiene que ver con la otra. Nos tocó una guerra y esa guerra la perdimos y tenemos que hacer todos los esfuerzos para recuperar las Islas por la vía diplomática”. Un sonoro “ohh” se escuchó en la Facultad de Derecho. O Massa no lo escuchó o prefirió dejarlo pasar. No lo corrigió.

infobae.com

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