Desde esta semana no queda en Neuquén ninguno de los integrantes de la cadena de mandos con responsabilidad cuando ocurrió el crimen del soldado voluntario Pablo Gabriel Jesús Córdoba (21). Las principales figuras recibieron un nuevo destino, incluido el máximo jefe de la Sexta Brigada de Montaña.
También fue trasladado el padre de la víctima, el suboficial principal Juan José Córdoba Salto. El lunes empezó a trabajar en el Regimiento de Covunco, y tiene que viajar todos los días desde su casa en Zapala. Además debió mudarse: no reside más en una de las viviendas militares dentro del cuartel donde mataron a Pablo el 1 de junio de 2023 alrededor de las 6 de la mañana.
En un acto realizado en el Batallón de Ingenieros de Montaña, el comandante saliente, general de brigada Hugo Alejandro Tabbia, entregó el mando al coronel Pablo José Conforte, quien era su segundo.
La visita intimidatoria
Tabbia es uno de los militares que el 13 de julio visitó a Juan José en su domicilio, junto con otros jefes, en lo que la familia consideró un acto intimidatorio. En esa oportunidad le dijo que comprendía su dolor, pero le pidió que no vincule la muerte de Pablo con el caso del soldado Omar Carrasco, asesinado en el mismo cuartel en marzo de 1994.
Como muestra de buena voluntad le ofreció un vehículo para movilizarse: la ambulancia en la que habían trasladado a Pablo al hospital, donde murió.
Conversaciones con el juez
Por otra parte, le reveló a Juan José, a Natalia Uribe -madre de Pablo-y a la hermana, Daiana Córdoba, que mantenía conversaciones con el juez de la causa, Hugo Greca.
Fue el mismo Tabbia el que le pidió al juez Greca que le impida a Juan José presentarse en la Base de Apoyo Logístico de Zapala el 5 de diciembre, cuando estaba previsto el acto de relevo de otro jefe que se fue, el teniente coronel Germán Isidro Green.
Se trata del militar jefe del Grupo de Artillería 16, en el que trabajaba Pablo. Fue el hombre que llamó a la Policía Federal para informarle que el soldado se había suicidado. La hipótesis del suicidio es la preferida del juez Greca, del Ejército y de algunos peritos de la Gendarmería convocados por el magistrado.
Otros traslados
Otro que ya no está es el teniente coronel Enrique Rafael Lamas, exjefe de la BAL, quien acompañó a Tabbia en la visita a los padres de la víctima el 13 de julio. Su traslado se produjo en medio de fuertes rumores sobre las razones.
Natalia Uribe denunció además, durante la marcha realizada el 1 de diciembre pasado, que trasladaron a otros jefes militares que estaban de servicio el 1 de junio. Entre ellos, el cabo primero Maximiliano Torres; el sargento Gonzalo Silva; y el teniente Rodrigo Emiliano González.
La misma estrategia
Sacar del medio a la cadena de mandos es la misma estrategia que utilizó el ejército después del homicidio de Carrasco. También en esa ocasión el jefe de la Sexta Brigada, general Carlos Díaz, fue reemplazado por un coronel (una jerarquía inmediatamente inferior).
La diferencia es que esta vez no hay ningún jefe acusado de encubrimiento, y tampoco pasó nadie a retiro.
A poco de asumir, el gobierno de Javier Milei llevó adelante una purga de generales sin precedentes en el Ejército. Promovió a la jefatura al general Carlos Presti, lo que provocó el pase a retiro de 22 generales más antiguos.
Por la falta de información oficial se desconocía si Tabbia figuraba entre los retiros forzosos, hasta que esta semana reapareció en el acto para entregar el mando de la Sexta Brigada. Al parecer su nuevo destino será en Córdoba.
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