La odisea de viajar desde Zapala en el transporte de pasajeros a Neuquén, contada y denunciada por una vecina de la ciudad.
Son tan solo 180 kilómetros los que separan a Zapala de la capital provincial, donde irremediablemente la mayoría de los habitantes del interior deben acudir. Por trámites en una administración cuasi macrocefálica, por comercio o lo menos querido, por salud. Esto último fue lo que Silvia Cáceres debía hacer, llegar a tiempo a los turnos médicos que solo se encuentran en la gran Neuquén. Con la debida anticipación gestionó su viaje con la compra de boletos en la empresa Rincón, que realiza este servicio interprovincial.
El viaje estaba programado para el servicio de las 8 de la mañana del Lunes 24 desde Zapala, lo que no se cumplió, ya que venía en viaje desde Caviahue, y en medio del temporal y la marca récord en lo que va del 2024 de -6 grados.
Entendiendo que el temporal de nieve en esa zona había demorado la llegada del ómnibus, ascendió con otros zapalinos que se dirigían al mismo destino.
Al poco tiempo de andar, notó que las personas comenzaban a manifestar las molestias ocasionadas por la baja temperatura reinante en el interior del colectivo. Cuando sus pies ya no soportaron, decidió descalzarse y abrigarse con su propia ropa.
El malestar de todos fue in crescendo y allí toman conciencia de la falta de funcionamiento de la calefacción de la unidad, agravado por otro descubrimiento. La puerta de acceso se encontraba entreabierta y solo sostenida por las ataduras de una soga. Lo cual fue justificado por los choferes por las bajas temperaturas, las cuales habían congelado el sistema hidráulico. Además la visibilidad del chofer se encontraba reducida por el parabrisas empañado, el cual era limpiado todo el tiempo por el mismo colectivero con una franela.
Ante el reclamo de Cáceres al chofer de la unidad, éste le contestó que lo debería haber pensado antes de ascender al colectivo en Zapala y que al llegar a la ciudad de Cutral Có se tenía que bajar. Ante la negativa de la pasajera a descender en un destino que no era el que había contratado, el colectivero ofuscado manifestó a todo el pasaje que en Cutral Có debían juntar sus pertenencias y bajarse allí, ya que él no podía darle respuestas. Asegurando que desde la capital provincial ya estaba en viaje un colectivo de repuesto para permitirles continuar hasta Neuquén.
Todo el pasaje se resignó a esperar el colectivo comprometido, lo cual no ocurrió. Unos 30 minutos después de haber arribado, el mismo colectivo retornó a buscarlos para continuar, ya que aseguraron haber resuelto el inconveniente mecánico.
Continuaron viaje hasta el destino, aunque todos los que debían asistir a sus turnos médicos perdieron esta posibilidad.
Durante el día martes, y ya de regreso en Zapala, Silvia intentó elevar la queja o denuncia ante la Fiscalía Municipal de Zapala, ya que ése fue el lugar que le indicaron como responsable de la falta de control al servicio que tenía como origen de salida la Terminal de ómnibus Zapala.
Esto no lo pudo concretar, porque según aseguró no pudo encontrar a nadie que le tome el reclamo.
Tanto en Neuquén como en Zapala exigió los correspondientes Libros de quejas, pero los representantes de la empresa Rincón aseguraron no contar con ellos.